3.17.2009

La teoría de las ventanas rotas

La teoría de las Ventanas Rotas, elaborada por James Q. Wilson y George Kelling, se basa en la premisa de que el crimen es el resultado inevitable del desorden. Estos criminólogos encontraron que el crimen, en cualquier centro urbano, era mayor en las zonas donde prevalecía el descuido, la suciedad y el maltrato a los bienes públicos. Una ventana rota en un edificio, si no era reparada pronto, era el preludio para que todas las demás fueran pronto dañadas.
Esta relación ya había sido reportada por Zimbardo, y se relata con más detalle en prevención general. En 1969, Zimbardo condujo un experimento muy interesante: dejó dos autos abandonados, de igual marca, modelo y color, uno en Palo Alto, California, y el otro en el Bronx, Ciudad de Nueva York. Como era de esperarse, el primero permaneció una semana intacto, mientras que el otro fue robado y semidestruido. Sin embargo, la suerte para el automóvil de Palo Alto cambió cuando el mismo Zimbardo le rompió una ventana.
La conclusión es clara: un auto con una ventana rota que permanece sin atención, es un auto que a nadie importa, y por tanto se le puede saquear.
Si una comunidad presenta signos de deterioro y aparenta no importar a nadie, mostrará como consecuencia un aumento del crimen. Las manifestaciones más comunes de este deterioro son las ventanas rotas de los edificios abandonados y el graffiti.

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